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Entrega de los premios Buber a las mejores webs vascas

El día a día

12 Diciembre 2008

Hace poquitas horas que se han entregado en el museo Guggenheim de Bilbao los Premios Buber a las mejores webs vascas de este año, organizadas por la asociación Internet & Euskadi.

Pantalla de presentación de los Premios Buber 2008

La gala ha estado bastante bien, las intervenciones de los expertos han sido muy cortas y amenas y, si se pasaban de tiempo, los cortaban a ritmo de txalaparta.

Dos maestros tocando la txalaparta

En especial, me han gustado mucho las de Ray Fernández (lástima que no le haya dado tiempo a contar más historias) y Javier Merino. No es por hacerte la pelota, Javi, pero es que has estado muy bien (aunque hayas repetido la palabra iPhone unas 40 veces y hayas hecho creer a todo el mundo que tenías un iPhone en la mano, en vez de un iPod Touch, jeje, pillín).

Javier Merino enseñando un iPod Touch, haciéndolo pasar por un iPhone

La entrega de premios, como cualquier otra, vamos, ahí no se puede innovar mucho. La presentadora de la gala ha sido una chica de ETB, pero no logro recordar su nombre:

Presentadora de los Premios Buber

El momento entrañable lo ha protagonizado Blas Pedro Uberuaga, que ha enviado un bonito saludo mediante un video, ya que estos premios adoptan su nombre (Buber) de su nick (apodo). Este físico, hijo de pastores vascos emigrados a Idaho (Estados Unidos) publicó en 1994 la primera web con información sobre el País Vasco (bueno aquí que cada uno elija el nombre que más le guste: Euskadi, Euskalherria, Vascongadas, Bilbao y sus “barrios”…), siendo la principal referencia a la cultura vasca, durante muchos años.

Buber hablando a la audiencia a través de un video

Además del sonido de la txalaparta, un grupo de danza moderno ha hecho una bonita coreografía al final.

  • El grupo de danza con máscaras
  • Las bailarinas con unas boas de plumas negras
  • Espalda de las bailarinas con una arroba pintada
  • Espalda de otra de las bailarinas con el texto .com dibujado
  • Bailarinas cubiertas por un plástico

Y por último… ¡el cocktail! Ya sabéis, corrillos, chascarrillos y pinchos muy raritos (donde esté un pincho de tortilla y un poco de jamón…).

No me ha dado tiempo a saludar a todo el mundo, pero he visto muchas caras conocidas: clientes, proveedores, ex-compañeros y varios alumnos que he tenido en algunos de mis cursos.

Y poco más, a dormir que ya es muy tarde.

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