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New York (día 0): largo viaje y atardecer en Manhattan

El día a día

10 Marzo 2011

Nervios, muchos nervios los días previos. Aunque siempre me voy de viaje sóla, este viaje era diferente. Después de lo mal que lo pasé el año pasado, sobre todo a nivel profesional, me merecía unas vacaciones y el destino era el idóneo para volver con un reset (bueno, casi mejor un reboot). Sin embargo, el llevar casi 3 días sin dormir para cerrar todos los proyectos antes de irme, hizo que estuviera de lo más despistada: ni me acordaba a qué hora tenía el vuelo, ni me acordé de llevarme el plan de viaje del aeropuerto al hostal… y ni siquiera compré una buena guía (las que me había bajado en el móvil eran ponzoña).

Como de costumbre, retraso en el vuelo Bilbao-Madrid y retraso en el Madrid-New York, pero por suerte, el piloto le dio caña y no sólo recuperamos el tiempo perdido, sino que además, llegamos con 40 minutos de adelanto!

El Starbucks de la Terminal del aeropuerto, lo primero que vi

Me habían puesto la cabeza como un bombo con el tema de los controles de seguridad, aduanas, inmigración, etc. y, o tuve mucha suerte, o es que mi cara es yankee-friendly, porque tan sólo me preguntaron cuántos días iba a estar y si iba por trabajo o vacaciones.

El vuelo fue largo, intenté dormir, pero cada hora pasaban a darnos comida, bebida, más bebida… y los asientos no eran muy cómodos (clase turista, es lo que hay), así que cuando aterrizamos en el JFK estaba un poco zombie. Aunque la hora local señalaba las 16 horas, en realidad para mí eran las 22 h.

El sol empieza a descender en el horizonte

Como os he comentado antes, a pasar el trámite de rigor en las ventanillas de inmigración (huellas dactilares, foto-tuenti sin gafas y que tenga buena estancia), esperar la maleta (la mía salió casi la última) y a escapar rápido por la puerta, directa al mostrador de información.

Estaba tan cansada que en vez de ir en tren-metro hasta el hostal (una aventura de casi 2 horas con 2 transbordos), preferí pagar 18 $ y que me llevaran en furgoneta compartida hasta la mismísima puerta. No caí que, por la hora que era y que estaba en New York, el tráfico sería un infierno y al final, también tardaría lo mismo.

Primera vista del Skyline de Manhattan

Y así fue, 2 horas con un tráfico imposible, me recordaba a Madrid pero con la diferencia de que pude disfrutar de un atardecer increible, viendo como los últimos rayos de sol del día se reflejaban entre los rascacielos que podíamos vislumbrar desde la furgoneta. Y cuanto más nos acercábamos a Manhattan, se empezaban a hacer reconocibles el Empire State, el Chrysler… todo el skyline que estamos acostumbrados a ver en las películas. Pero no era una película, tenía visión directa. Pasaba de sacar la cámara de fotos (comprada el día anterior, aún sin estrenar ni leer el libro de instrucciones), así que tomé unas fotos como pude con el móvil. Ya habría tiempo para usar la Reflex.

Nos vamos acercando a Manhattan

Cuando llegamos a Manhattan por el puente de Williamsburg (comparando fotos y posición de edificios creo que éste, pero lo mismo estoy equivocada), ya era noche cerrada y el festival de luces era increible. Me estaba empezando a quedar dormida cuando llegamos a mi hostal, situado en el Upper West Side, a 4 manzanas de la esquina noroeste de Central Park. El hostal más creepy de todo Manhattan, también el más barato (y eso que era caro). Al menos la habitación y la cama eran más grandes que lo que me encontré en Londres. Sólo tenía éso, una cama, dos mesitas y una estantería apta para muñecos Playmobil. Ni un armario, ni una lámpara en la mesita… Me daba igual, ya sabía lo que había cuando reservé, y al menos estaba limpio y sin bichos (sí, tuve que mirar debajo de la cama).

Accediendo al colapsado puente de Williamsburg

El sueño desapareció y me entró hambre, así que salí a la calle a conseguir algo de comida. Justo la calle de detrás era Broadway (pero a tomar por culo de los teatros) y había varios restaurantes y Delis (tiendas de comida en plan las de los chinos aquí, pero que están abiertas 24 horas). Directa a un Subway, bocata de Pollo Teriyaki, y luego al Deli a por agua, zumos y patatas.

Vuelta a la habitación, a cenar rápido y ya sí, a dormir. Mañana iba a ser mi primer gran día en La City.

4 comentarios sobre “New York (día 0): largo viaje y atardecer en Manhattan”

Natalia 10 de Marzo, 2011 a las 12:02:

Joerrrrr que envidia! Cuanto me alegro de que lo disfrutaras :P

sigmar 10 de Marzo, 2011 a las 15:15:

Me reafirmo, qué envidia!! Espero ansioso próximos capítulos… y a tomar nota para cuando pueda ir.

Manu 10 de Marzo, 2011 a las 22:28:

No, no sabía que te ibas. Te desearía buen viaje, pero creo que tarde… Qué más da: buen viaje.

joryx 6 de Septiembre, 2013 a las 20:17:

Saludos!!! Tengo programado ir en breve a esta hermosa ciudad, me gustaría que pudieras facilitar la información del hostal en el que te quedaste ya que por lo visto esta muy bien ubicado y además es mas económico de lo que podría costar cualquier otra cosa allá. Si me lo puedes mandar a mi correo te lo agradecería infinitamente! Si no, volveré por acá en unas semanas para ver si actualizaste tu post!

Saluditos!

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