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New York (día 1): Caminando entre Rascacielos

El día a día

15 Marzo 2011

Primer despertar en New York. Miré por la ventana y entre edificios podía ver el cielo, gris clarito, tirando a #CCC. No llovía pero hacía frío. Menos mal que salí abrigada porque realmente hacía frío, no pasábamos de los 0º.

Larga fila de taxis

Lo primero fue atacar la recepción del hostal, con planos, folletos y demás información necesaria. Tenía una parada de metro a manzana y media así que andando. Compré un pase con viajes ilimitados durante 7 días por 29$, que sale mucho más rentable que ir recargando una tarjeta con saldo (cada viaje individual sale por 2,25$ aprox. así que hechad cuentas…). Todavía sigo sin entender por qué la gente dice que el metro de New York es complicado. Basta pillarle la lógica para no confundirte nunca, que es muy sencillito.

Famosa chimenea de Humo

Tienes varias líneas de colorines. Y luego, por cada línea, tienes unas 3 variantes (con letras o números). Esto es así porque hay variantes que no paran en todas las estaciones, líneas express que llaman, porque ahorras tiempo a diferencia de las líneas locales que paran en todas, haciéndose una eternidad el recorrido. Basta mirar qué variante pone en tu parada y ver si a la que vas tiene la misma. Si coincide, bien. Si no, tendrás que cambiarte de metro, dentro de la misma línea, en una parada que comparta variante. Y ya después, para saber en qué sentido tienes que ir, básicamente tienes Downtown/Brooklyn y el Uptown/Bronx (hay alguna otra dirección Queens y tal, pero dentro de Manhattan casi siempre es down o up).

Un autobús escolar (como el de las películas)

Una vez procesada la información, me fui dirección al downtown, directa a Times Square. Y guau!!! (el primero de muchos). Apabullante, pantallas, grandes carteles luminosos, fachadas llenas de anuncios de musicales, una especie de comisaría y hasta una oficina para enrolarte en el ejército! Era momento de estrenar la reflex, oh wait…., ¿cómo diablos funciona? Sí, ahí estaba yo con una cámara medio-decente y ni idea de utilizarla (digamos que los libros de instrucciones y yo no somos compatibles). Bueno, que no cunda el pánico. Recordaba casi todo lo que Calabacín el Aventurero me había enseñado en el curso de fotografía de hace un par de meses, pero claro, de la teoría a la práctica…

Vista general de Times Square

Un par de ajustes por aquí, otros por allá y como soy de Bilbao, con un par de… a tirar fotos en modo manual (bueno, el enfoque era automático, pero es que ni sabía cómo cambiarlo). Y el resultado no fue malo. Con una compacta hubieran salido unas fotos cutres. Eso sí, eché de menos tener un gran angular porque era imposible que la cámara captase todo lo que veían mis ojos. Había demasiadas cosas, muy altas. Incluso era difícil percibirlas completamente con la vista…

Anuncios de musicales en Times Square

Como me estaba empezando a morir de frío, me dirigí a comprar la tarjeta New York Pass. Por 200$ (no llega a 150€) podía entrar gratis y durante 7 días a más de 40 atracciones (museos, edificios, parques…). Había hecho cuentas y me salía más rentable de esta manera (efectivamente fue así). Además, en algunos sitios tenías el privilegio de entrar directamente sin esperar cola y eso era un factor muy importante. Había otra tarjeta similar, la City Pass, pero ésta sólo ofrece 6 atracciones por 79$. En mi caso, no me salía rentable, pero depende de lo que queráis ver.

Antxoa en medio de Times Square, muerta de frío

Di unas cuantas vueltas a las manzanas adyacentes a Times Square, donde están la mayor parte de los teatros y como necesitaba planearme el día, me metí en un Starbucks a tomar un café, mirar los planos y de paso, conectarme a Internet (qué esperáis, soy como Enjuto Mojamuto). Había unos muffins y galletas de aspecto brutal en el mostrador y curiosamente, al lado del precio, aparecían las calorías de cada cosa. 400 calorías por cada pieza ¿pero de qué las hacen, de grasa pura? Ya hablaré en posteriores artículos sobre la comida porque fue difícil (aunque no imposible) no caer en la tentación a diario.

El musical de la Familia Addams

Me llevé una buena sorpresa cuando de repente mi móvil empezó a sonar y era Unasote por Tango (como Skype, para móviles). Fue curioso poderle enseñar el trocito de New York que se veía desde la ventana del Starbucks.

Otra vista de Times Square

Decidí no meterme en ningún museo y patearme un buen trozo de Manhattan para hacerme a la isla. Necesitaba sentirme como en casa y para eso, tenía que ver, tocar y oler las calles (sobre todo oler, con tanto puesto de comida…). Así que empecé a caminar sin rumbo fijo, fotografiando cualquier cosa que llamase mi atención (que era todo) hasta que divisé a lo lejos el edificio Chrysler. Así que cambié el rumbo y me dirigí a él. Era imposible ir en línea recta porque en cada calle, me desviaba hacia un lado u otro para ver más edificios, plazas…

Vista a lo lejos del edificio Chrysler

Menos mal que no había moscas con tanto frío, si no, estoy segura de que me hubiese tragado unas cuantas porque era imposible cerrar la boca de lo sorprendida que estaba. Edificios a cada cual más altos y con una arquitectura preciosa, Rascacielos auténticos, calles famosas, hoteles aún más famosos, típicos autobuses escolares, chimeneas de humo en medio de la calle…

Pista de hielo del Rockefeller Center

Escaparate de la tienda de Lego

Pasé por el Rockefeller Center (al que subiría un día soleado) y su pista de hielo (nota friki: la tienda de Lego está al lado), la catedral de San Patricio, la iglesia de San Bartolomé, cruzando la 5ª Avenida… Sí, como en las películas, pero por mucho que lo veas por la tele, estar allí, vivirlo en primera persona, es una sensación totalmente diferente.

La catedral de San Patricio

Vista del Edificio Chrysler

Probablemente tardé unas 2 horas en llegar al Chrysler (si miráis un plano no está tan alejado de Times Square) pero mereció la pena. Lástima que no se pueda subir a él. Y ahora, podía ver el Empire State (bueno, lo había visto entre calles, pero quería seguir un orden) así que a seguir caminando, pasando por el Edificio de Met Life y la estación Gran Central.

La estación de Grand Central

Biblioteca Pública

No sé por qué no entré en ese momento, siempre lo dejaba para otro día y al final no llegué a entrar. También me acerqué por la gran Biblioteca Pública y tras otro trecho, por fin llegué al Empire State. Y la primera impresión fue Pues no parece tan alto pero es precioso. Eso fue hasta que subí a él (no fue ese día, tendréis que esperar ese capítulo).

El Empire State

Empecé a sentir hambre así que como no quería perder tiempo, me comí unos nuggets en el McDonalds de enfrente del Empire (20 nuggets por 4,95$. Por ese precio serían de rata de alcantarilla, pero estaban comibles) y después, como me parecía cutre lo que le había enseñado a Unasote antes, le llamé para enseñarle en directo el Empire State.

Seguí caminando y me crucé con un par de parques. El primero de ellos, El Madison Square Park, repleto de ardillas y con algo de nieve sin derretir. En una de las esquinas estaba el famoso edificio Flatiron, pero a cuenta de las ardillas y el momento Ice Age (esta vez sí que la ardilla consiguió la bellota) ni me di cuenta, tuve que volver otro día para admirarlo. Después, tras un pequeño desvío para fotografiar la fachada de la casa de nacimiento de Theodore Roosevelt, llegué a Union Square.

El carrito de los helados en Madison Square Park

Así, por la tontería, me había pateado desde la 42 hasta la 14 (allí la mayoría de las calles no llevan nombre, sino que tienen números consecutivos, fácil para encontrarlos). 28 manzanas en vertical y 5 en horizontal, cruzándolas varias veces. Mis pies estaban quejándose desde hace rato, así que decidí volver al hostal, había sido suficiente por hoy.

Ardilla buscando bellotas en Madison Square Park

Hice una parada en una tienda de comida orgánica (están bastante obsesionados con el tema): un poco de pavo (estaba muy seco), pan de molde (aún más seco), zumo de arándanos (delicioso) y un delicioso muffin de chocolate que estaba de muerte. El mejor que he probado en toda mi vida.

Un muffin de chocolate delicioso

Cuando iba a entrar al metro, encontré una tienda de zapatos con unos descuentos increíbles, así que entré y me compré unos zapatos con un poco de tacón, perfectos para ir a la ópera. Ésta fue mi única compra. No volví a entrar a una tienda de ropa/complementos más. Ni ganas tendría, con la de cosas que tenía para ver, como para perder el tiempo en estas tonterías.

La famosa New York Film Academy

Ya de vuelta en el hostal, revisé las fotos, que no estaban ni tan mal (claro que no os esperéis nada artístico, no tengo ojo para eso), me puse un bocata de pavo y a dormir pronto que todavía estaba con horario europeo.

Vista general de algunos rascacielos en New York

Nota: empezaré a subir fotos mañana, así que, paciencia.

3 comentarios sobre “New York (día 1): Caminando entre Rascacielos”

Natalia 15 de Marzo, 2011 a las 11:43:

Guapiiiiiisimas las fotos, se ve que el curso sirvió para algo jeje

Antxoa 15 de Marzo, 2011 a las 12:05:

Bueno, espera a ver las fotos en buena calidad, estoy empezando a subir a Flickr las del día 1. Después, judgas.

No son fotos pro, pero al menos han quedado mejor de lo que me esperaba, que para lo torpe que soy, es algo :)

garatxa 15 de Marzo, 2011 a las 20:47:

al leer la entrada me doy cuenta de lo mucho que has disfrutado, no pares! :-*

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